Los mercados no descansan ni siquiera en los días festivos, sobre todo con Donald Trump en el despacho Oval. Este lunes, con gran parte de las Bolsas mundiales cerradas (incluidas las europeas), los índices estadounidenses aceleran las caídas hasta cerca de un 3% lastrados por el enfrentamiento entre Donald Trump y presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. La presión desde la Casa Blanca sobre el banco central, iniciada la semana pasada con Trump reclamando el despido de Powell, ha ido en aumento. En un nuevo capítulo, el presidente de Estados Unidos ha calificado a Powell de “perdedor” y reclamado “recortes preventivos” en los tipos de interés. “Puede haber una desaceleración de la economía, a menos que el Señor Demasiado Tarde, un gran perdedor, baje las tasas ahora”, ha escrito.
La reacción en los principales índices de Wall Street ha sido inmediata. Si el mercado de futuros ya apuntaba a una sesión a la baja con caídas del 1%, las ventas se han acelerado a medida que avanzaba la sesión (y la tensión institucional). A media tarde, el Nasdaq pierde más de un 3%, el S&P 500 un 2,8% y el Dow Jones un 2,7%. Se trata de la mayor caída desde el pasado 10 de abril. El dólar ha reaccionado con caídas, tocando mínimos de tres años frente al euro (0,88 euros), mientras que los bonos del Tesoro a largo plazo también sufren presión. La rentabilidad del papel a 10 años se ha disparado al 4,38%, frente al 4% del 2 de abril, fecha del inicio de la nueva ofensiva arancelaria. Cuando sube el rendimiento, significa que el valor del bono ha bajado porque los inversores exigen más rentabilidad. La situación de continuo conflicto que vive Estados Unidos ha provocado la venta masiva de activos estadounidenses. El oro, tradicional activo refugio, ha superado por primera vez en la historia los 3.400 dólares la onza, con una revalorización del 25% en lo que va de año. El franco suizo y el yen japonés también se han fortalecido frente al dólar.
Este nuevo incendio provocado por Trump reaviva la preocupación entre los inversores por el mercado estadounidenses, en este caso por la independencia de la Fed, una de las piedras angulares de la estabilidad financiera. La credibilidad de la Reserva Federal como el banco central más poderoso del mundo se basa en gran medida en su histórica independencia para actuar sin influencia política. “Si bien la política monetaria es un arma relativamente contundente, se utiliza para controlar la inflación a medio plazo. Esto depende de la confianza en el banco central”, señala a Reuters Paul Donovan, economista jefe de la gestora UBS Global Wealth Management. “Construir esa confianza lleva años. Perderla puede ocurrir de la noche a la mañana”, concluye.
Aunque la posibilidad de que Trump destituya a Powell está pesando en los mercados, se trata de una maniobra muy compleja. Un presidente no puede destituir fácilmente a un responsable de la Reserva Federal, según los expertos legales consultados por Bloomberg. El artículo 10 de la Ley de la Reserva Federal estipula que los miembros de la Junta de Gobernadores, de la cual forma parte el presidente, pueden ser “destituidos por causa justificada por el presidente” y los analistas interpretan “causa” como una mala conducta grave o abuso de poder. “La independencia del banco central es muy valiosa; no es algo que se pueda dar por sentado y es muy difícil de recuperar si alguna vez se pierde”, señala a Bloomberg Will Compernolle, estratega macroeconómico de FHN Financial. “Las amenazas contra Powell no están contribuyendo a la confianza de los inversores extranjeros en los activos estadounidenses, pero sigo creyendo que las actualizaciones arancelarias son el principal factor”, añade.
Guerra arancelaria
A esta incertidumbre institucional se suma la tensión comercial. Las negociaciones entre EE UU y Japón siguen estancadas, lo que refuerza la previsión de un proceso largo hasta, al menos, julio. “El fracaso en avanzar hacia un acuerdo sugiere un periodo prolongado de negociación”, ha valorado Thierry Wizman, de Macquarie. En este entorno, los inversores se refugian en activos seguros. El oro ha superado por primera vez los 3.400 dólares por onza, con una revalorización del 25% en lo que va del año. El franco suizo y el yen japonés también se han fortalecido frente al dólar. Javier Molina, analista de mercados de eToro, señala que “las Bolsas no están preparándose para rebotar, están luchando por no romperse”. Tras el parón de Semana Santa, los mercados “dejan una sensación inquietante donde no colapsan, pero tampoco rebotan. Se mueven sin dirección clara, en un entorno de alta volatilidad, baja liquidez y un sentimiento inversor cada vez más deteriorado. Es un escenario donde nada termina de romperse, pero todo parece al borde de hacerlo”, añade.
Además, los inversores están atentos al inicio de la temporada de resultados de EE UU. Esta semana, el foco se centrará en las cuentas Alphabet (dueño de Google), el fabricante de chips Intel y el grupo de vehículos eléctricos Tesla. El grupo de Elon Musk cae más de un 7% tras recortarle el banco de inversión Barclays su recomendación sobre la acción ante la “confusa” visibilidad de los resultados del primer trimestre. Apple baja también más de un 3% mientras Netflix, que presentó sus cuentas la semana pasada, sube un 2%.
“Los mercados ya están nerviosos debido a la escalada de tensiones geopolíticas, y ahora aumenta la preocupación de que la posible interferencia de Trump con la Reserva Federal pueda añadir otra capa de incertidumbre”, señala Charu Chanana, estratega jefe de inversiones de Saxo Bank. Por su parte, desde la firma de análisis Vital Knowledge consideran que la amenaza sobre la FED “está relacionada con la guerra comercial de Trump, ya que Powell se ve obligado a mantenerse al margen ante la perspectiva de un repunte de la inflación en los próximos meses, inducido por los aranceles. Y todo ello, a pesar de la volatilidad del mercado y el aumento de los riesgos de crecimiento”.
Festivo en las Bolsas europeas
Los mercados españoles y europeos reanudarán sus operaciones habituales mañana martes 22 de abril. El Ibex 35 terminó el jueves de la semana pasada con un descenso del 0,19% hasta situarse en los hasta 12.918 puntos. El selectivo español acumula una subida anual del 11,41%. Los mercados bursátiles y de deuda españoles cuentan en este año con seis festivos, los mismos que en 2024. La Bolsa española ya cerró el 1 de enero. Igualmente, será festivo el 1 de mayo (Día del Trabajador), el 25 de diciembre (Navidad) y el viernes 26 de diciembre. El miércoles 24 de diciembre y el miércoles 31 de diciembre el mercado permanecerá abierto hasta las 14 horas.
En Asia, las Bolsas ha cerrado con resultados dispares en una sesión con reducido volumen de contratación por los festivos. Los mercados bursátiles de Australia, Nueva Zelanda y Hong Kong han estado cerrados. Los índices chinos subieron ligeramente, mientras el Nikkei de la Bolsa de Tokio bajó un 1,30%, en gran medida por la fortaleza del yen frente al dólar. Esta fortaleza coincide con la visita del ministro de Finanzas nipón, Katsuyuki Kato, a EE UU con el fin de reunirse con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, con el que se espera que trate cuestiones de divisas.
En un nuevo episodio de las tensiones comerciales, China ha lanzado este lunes una advertencia no solo a Estados Unidos, sino a cualquier país que negocie privilegios comerciales con Washington que puedan perjudicar sus intereses. Según diversos medios estadounidenses, Trump planea usar las actuales conversaciones arancelarias para presionar a los socios comerciales de China para que limiten sus relaciones con el país asiático. Pekín ha emitido un comunicado en el que advierte de que si esa situación se produce, “tomará contramedidas con determinación y de forma recíproca”.
En España, el jueves se conocerán las cifras de Bankinter, lo que dará el pistoletazo de salida a las presentaciones del primer trimestre. Aunque en las cuentas de las empresas hasta marzo aún no recogerán el impacto de la incertidumbre de los aranceles (el grueso de los gravámenes se anunció a primeros de abril), sí pueden dar una idea de la situación empresarial previa a la tormenta comercial.
Entre datos macroeconómicos, este lunes se ha conocido que el IPC de Japón que aumentó según lo esperado en marzo, mientras que la inflación subyacente se aceleró debido a un aumento persistente en los precios de los alimentos, complicando las perspectivas de tipos del Banco de Japón (BoJ) en medio de tensiones arancelarias con EE UU. El IPC nacional creció un 3,6% interanual en marzo, mientras que el IPC subyacente, que excluye los precios de alimentos frescos, aumentó un 3,2% interanual.
Por su parte, el Banco Popular de China mantuvo estable su tasa preferencial de préstamos de referencia el lunes, cumpliendo con las expectativas del mercado, lo que señala la preferencia de Pekín por impulsar el crecimiento económico a través de medidas fiscales en lugar de una flexibilización monetaria adicional. El PBOC dejó su LPR a un año en 3,1%, mientras que la tasa LPR a cinco años, que se utiliza para establecer las tasas hipotecarias, se mantuvo en 3,6%. Ambas tasas se encuentran en mínimos históricos, tras una serie de recortes durante los últimos tres años.
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