La tormenta no amaina. El modo pánico en el que los mercados mundiales finalizaron la semana pasada sigue instalado en las Bolsas este lunes: los índices sufrieron el mayor desplome desde la pandemia y hoy las pérdidas se acentúan. Sin suelo a la vista, el Ibex se hunde más de un 4%, y se acerca a los 11.900 puntos, aunque ha llegado a rozar una caída del 7% en el momento más delicado de la sesión. Los descensos son abultados en toda Europa, con la Bolsa alemana bajando el 4,3%, igual que la francesa y la británica el 4%; el índice Euro Stoxx 50 cae el 4,4%. La jornada está siendo negra en todos los mercados: las Bolsas asiáticas han sufrido batacazos de entre el 7% y el 12%, mientras los futuros de Wall Street apuntan a descensos en el orden del 1,5%. La sacudida llega a otros activos, la rentabilidad de la deuda sigue bajando, el dólar se mantiene débil y el petróleo baja un 3% para cotizar en 63,8 dólares el barril de Brent, en zona de mínimo de cuatro años.
Los inversores, lejos de los indicios tranquilizadores que anhelan, como contactos de cara a próximas negociaciones o cesiones por parte de Donald Trump (en forma de, por ejemplo, un retraso en los plazos), solo ven más señales de enroque. El presidente restó importancia este fin de semana a la ola de ventas y se mantuvo firme en su plan: aunque no quiere “que nada baje”, a veces “hay que tomar medicamentos para solucionar algo”. China, que ya anunció su respuesta contundente a los aranceles y de hecho prepara, según la agencia Bloomberg, medidas para estimular su economía. Mientras, la Unión Europea debate sus propias contramedidas. La guerra comercial ha alcanzado una escala global y no tiene visos de apaciguarse. Si nada lo evita, la andanada arancelaria que el presidente estadounidense anunció el pasado miércoles se empezará a aplicar el 9 de abril. Desde el viernes ya está en marcha el arancel mínimo del 10% y en dos días comenzarán los específicos de cada país. Según la Casa Blanca, más de 50 países perjudicados por los nuevos gravámenes han querido hablar con el mandatario para negociar, pero no hay ninguna prueba de que esas conversaciones se estén llevando a cabo, al menos de forma sólida. El miedo a una recesión mundial se extiende, y esta mañana Goldman Sachs ha elevado al 45% la probabilidad de una recesión en Estados Unidos.
La banca española vuelve a estar entre los valores más castigados por el tsunami bursátil, aunque el castigo se ha moderado relativamente. El Sabadell cae un 6%, pero ha llegado a perder un 17% en la apertura. El BBVA baja también un 6% (el recorte ha superado el 12% en los peores momentos) y el Santander retrocede un 5%. Fuera del sector financiero, Acciona Energía se deja un 6% e IAG, un 6,6%. No hay ningún valor en positivo, y el castigo mínimo ronda el 3% para Redeia, Laboratorios Rovi o Logista.
En Europa los índices anotan también recortes de gran calado, que han llegado al 9% en Alemania, y al 7% en el Euro Stoxx 50, si bien las caídas han aflojado a media sesión. Entre las empresas más penalizadas, destacan las caídas de valores ligados a defensa, como Rheinmetall (-4%), industria (Alstom baja con fuerza) y algunas tecnológicas, como Atos (-15%) o la aeronáutica Airbus, que se deja un 6,5%. En Nueva York, los futuros apuntan a una caída del 1,8% para el Dow Jones y el S&P 500. Entre el jueves y el viernes, Wall Street sufrió una caída de más del 10% y se evaporaron cinco billones de dólares (unos 4,5 billones de euros) de capitalización, más que el PIB anual de España y Francia juntos.
Lejos de apaciguar los ánimos y buscar acercamientos, el mandatario estadounidense se ha enrocado con su plan arancelario, en especial contra China. Así, el presidente aseguró que con un déficit comercial de un billón de dólares con el gigante asiático, Estados Unidos pierde “cientos de miles de millones de dólares al año” . “Y a menos que resolvamos ese problema, no voy a llegar a un acuerdo”, sentenció. Por su parte, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, declaró que los gravámenes no se pospondrán. “Los aranceles están llegando. Definitivamente, se mantendrán vigentes durante días y semanas”, dijo en declaraciones a la cadena de televisión CBS.
En Asia, el índice Nikkei de Tokio ha caído un 7,7% al cierre y el principal índice de la Bolsa de Hong Kong, el Hang Seng, que permaneció cerrada el viernes por festivo, ha caído el 12% tras la batería de medidas anunciadas por China el pasado viernes. Pekín impondrá aranceles del 34% a todos los productos de Estados Unidos, como contestación las tarifas también del 34% impuestas Washington y que alcanza el 54% si se suman las tasas del 20% impuestas previamente a los productos chinos. El índice compuesto de Shanghai se ha dejado un 7,95%.
“Uno de los problemas es que la gente esperaba algún tipo de comentario durante el fin de semana de alguien de la administración que indicara una posible negociación o tal vez un cambio en los aranceles. Pero parecen empecinarse”, señala a Robert Pavlik, gestor de Dakota Wealth, según recoge Reuters. Además, los inversores también muestran nerviosismo por el hecho de que la Reserva Federal “haya dicho se mantendrá a la espera hasta tener más claridad. Si la Fed no viene al rescate, ¿quién lo hará?”, añade este experto.
Así las cosas, los inversores empiezan a pensar ya en recortes más agresivos de tipos de interés. El mercado descuenta cinco recortes de un cuarto de punto porcentual en las los tipos de interés estadounidenses este año El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, encendió las alarmas el viernes sobre el terremoto económico que puede desencadenar los aranceles, si bien evitó precisar las consecuencias en política monetaria, alegando que es “demasiado pronto para decirlo”. Según Powell, es “tiempo de esperar y ver”, una postura que fue criticada después por Trump. Pese a la cautela, el mercado da ya un 54% de probabilidad a que el banco central recorte el precio del dinero en su reunión de mayo,
“La falta de una respuesta política por parte de la administración Trump ante la caída del mercado aumenta la incertidumbre. A menos que veamos un cambio claro por parte de los responsables políticos, es probable que la volatilidad se mantenga elevada y que la menor resistencia de los activos de riesgo siga a la baja”, recoge por su parte Charu Chanana, estratega jefe de inversión de Saxo.
La sacudida y las expectativas de menores tipos ha hundido la rentabilidad de la deuda pública, que se mueve a la inversa del precio. El bono del Tesoro de EE UU a 10 años recupera este lunes y recupera el 4%, aunque en algún momento llegó a bajar hasta 6 puntos básicos. El alemán a ese plazo baja 6 puntos y se sitúa 2,55% y el español al 3,246%.
Ante las perspectivas de frenazo económico y las mayores previsiones de recortes de tipos de interés, el dólar se mantiene débil frente al resto de divisas. Cada euro cuesta hoy 1,098 dólares. También suben el yen y el franco suizo, divisas que se han erigido como activos refugio frente al tradicional dólar. La moneda suiza avanza un 0,8% contra el billete verde y acumula una revalorización del 2,5% en la última semana.
El petróleo también sufre ante las pésimas perspectivas de las economías de las grandes potencias. El crudo cae otro 3% y el barril de Brent cuesta 63,66 dólares, en zona de mínimos desde 2021.
“El único factor decisivo es el iPhone del presidente Trump, quien muestra pocas señales de que la ola de ventas del mercado le moleste lo suficiente como para reconsiderar una postura política en la que ha creído durante décadas”, señala Sean Callow, analista senior de divisas de ITC Markets. La complicación irá a más: la Unión Europea y Canadá preparan su respuesta arancelaria al muro comercial de Trump. “La relación comercial entre la UE y Estados Unidos necesita un nuevo enfoque”, dijo el viernes el responsable de Comercio de la Unión Europea, Maros Sefcovic, tras reunirse con su homólogo estadounidense.
“La situación ha ido de mal en peor”, dijo Tony Sycamore, analista de mercado de IG. “Si no se da marcha atrás con los anuncios, nos encaminamos hacia un evento de liquidez, y afectará drásticamente a todas las clases de activos”.
“Lo que empezó como un ajuste técnico ha mutado en una crisis de confianza”, señala Javier Molina, de eToro. “Una crisis que no se está gestionando correctamente desde los bancos centrales ni desde el liderazgo político. Y eso es justo lo que debería preocuparnos”, concluye.
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